La actual fiesta de Halloween, que se celebra la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, es una abigarrada derivación de varias fiestas originales. Sus raíces se remontan a las festividades célticas del Año Nuevo que se denominaba ‘Samhain’ y las celebraciones cristianas del Día de Todos los Santos. Precisamente del nombre del último (All Hallows Even) viene el nombre de Halloween.

Se dice que Halloween en realidad era un intento de comprender la conexión entre dos mundos, el terrenal y el celestial. Se considera que este día los difuntos vuelven de nuevo a la Tierra para finalizar sus planes y proyecto no realizados. Para cumplir con este cometido adoptan diferentes formas y aspectos, haciendo lo que se les antoja, llegando incluso a llevarse –en ocasiones– al mundo de más allá las almas de personas vivas. Para no convertirse en las víctimas de los malos espíritus, las personas vivas intentan deshacerse de ellos, sea disfrazándose de seres malvados, sea realizando actos extraños para “despistarles”.

En Rusia la tradición de celebrar Halloween es relativamente reciente, pero de año en año cobra mayor protagonismo y relevancia entre otras festividades. A los rusos empiezan a gustar tales fiestas ‘importadas’ como la Navidad católica, el Día de San Valentín y el Día de San Patrick. Halloween también entra en esta lista por la cantidad de personas, mayoritariamente jóvenes, que se reúnen eufóricos en las discotecas, clubes y restaurantes. Los establecimientos se decoran de tonos negro-naranja, por todas partes se ponen “cabezas de calabazas” y los visitantes vienen, disfrazados en trajes carnavalescos.

2017-10-30T12:35:02+00:00octubre 30, 2017|Interes|